¿Gourmet o cubo de basura? Su mascota y las indiscreciones alimentarias
«Me da una pena cuando me mira con esa carita…, si después de cocerlos quedan muy blanditos…, es que le gusta mucho y nunca le ha pasado nada…»
Y muchos otros comentarios similares solemos escuchar en la consulta de propietarios que acuden con su mascota preocupados porque ésta no se encuentra bien.
En muchas ocasiones como muestra de afecto y cariño se le ofrece una recompensa, en otras por desconocimiento, creencias erróneas o descuido se le da de comer alimentos que, incluso siendo manjares para el hombre, son totalmente inadecuados para ella;a veces, con consecuencias muy desagradables.
En estas líneas intentaré dar respuesta a alguna de las creencias y preguntas que con más frecuencia me he topado (y digo topar porque en muchas ocasiones es como darse contra un muro; sin ir más lejos, mi abuela, q.p.d., siempre decía que los gatos se alimentaban exclusivamente de pan duro porque cuando ella vivía en el pueblo era lo que les daba de comer y se criaban perfectamente; que sí, que bueno, que cazaban pero que era jugando…).
Mitos y leyendas
Desde pequeños asociamos ciertos alimentos con algunos animales: Bugs Bunny y las zanahorias, Pluto y un perro cachas disputándose un hueso o Mickey Mouse ofreciéndole un tazón de leche caliente a un gatito aterido. Como veremos, no siempre estas asociaciones son correctas.
«La leche es muy buena aporta calcio y los gatos siempre la han tomado y nunca les ha pasado nada…»
Con respecto a la leche debemos saber que, aunque mamíferos, el intestino de nuestras mascotas sólo es capaz de digerir la leche de su propia especie; es decir, la leche de vaca no puede ser digerida por el intestino del perro o del gato.
También debe saber que el aprovechamiento del calcio de la leche es limitado y que la calidad de los alimentos disponibles actualmente para las mascotas hace innecesario el suplemento del mismo. Por otra parte, la suplementación de vitaminas y minerales tiene que ser supervisada por su veterinario ya que p.ej. un exceso de calcio puede ser incluso más perjudicial que su déficit.
«Entonces la leche es malísima y le sentará fatal a mi mascota…»
En principio tampoco tiene que ser así. La flora intestinal, es decir las bacterias que pueblan el intestino, puede permitir que nuestra mascota tolere y aproveche la leche. Sin embargo hay animales que no toleran la lactosa o tienen hipersensibilidad a algún componente de la leche y les provoca diarrea; por ello, debemos proceder con precaución cuando administremos leche o derivados lácteos.
- No debemos administrar leche a animales recién llegados y mucho menos a aquellos que tengan diarrea porque la agravará.
- Cuando se ofrezca leche, hacerlo en poca cantidad y de forma esporádica observando siempre el resultado.
- Para el destete de huerfanos utilice alguna de las leches maternizadas específicas existentes en el mercado, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante y las indicaciones de su veterinario para la reconstitución de la misma. La leche maternizada para bebes, la de vaca diluída o desnatada, etc. sólo deberían usarse como último recurso mientras se consigue la adecuada.
«Los perros han comido huesos toda la vida…»
Lo primero que debe saber tanto si tiene un perro como si tiene un gato es que:
NINGÚN TIPO DE HUESO ES BUENO PARA NUESTRAS MASCOTAS.
- Los huesos de pollo y otras aves se astillan con facilidad haciendo posible no sólo que se claven sino que produzcan desgarros y cortes a lo largo del tracto digestivo que pueden ocasionar la muerte del animal.
- Los cuellos de pollo, que después de cocerlos quedan tan blandos, al llegar al tubo digestivo se endurecen de tal forma que son causa muy frecuente de obstrucción; en el mejor de los casos «sólo» producirán estreñimiento.
- Los huesos de vaca, de caña, «los grandes», «los redondos», «los del cocido» o como prefiera llamarlos NO SIRVEN PARA LIMPIAR LOS DIENTES de su mascota; por el contrario, contribuyen a un desgaste prematuro y a lesiones de las piezas dentales, pueden dar lugar a procesos obstructivos si se tragan enteros o trozos grandes de los mismos, pueden dar lugar a cuadros gastroentéricos debido a la contundencia de los guisos de los que suelen formar parte y como mínimo estreñirán a su animal.
- Aunque tal vez no sea éste el sitio más indicado para decirlo, los huesos rugosos de determinadas frutas como el melocotón suelen pegarse a las paredes intestinales con suma facilidad dando lugar a un cuadro obstructivo muy peligroso para la vida del animal.
«¡A todos los gatos les encanta el pescado y el marisco no digamos! por eso yo sólo le doy pescado y gambas crudas…»
Por alguna razón está muy extendida la creencia de que los gatos se alimentan de pescado aunque frecuentemente los servicios de urgencia tengan que rescatar a algún lindo gatito que se ha subido a un árbol para pescarlo…; ironías aparte debemos saber que no es ni mucho menos cierto que a todos los gatos les guste el pescado, hay muchísimos que no pueden ni olerlo. Además la alimentación a base de pescado o marisco crudo presenta graves riesgos sanitarios:
- Una dieta exclusivamente a base de pescado crudo provocará una deficiencia vitamínica que dará lugar no sólo a adelgazamiento o mal pelaje sino también a una debilidad muscular que progresará a rigidez y parálisis.
- El pescado crudo puede contener parásitos peligrosos para la salud.
- Las espinas de los pescados – igual que las agujas de coser – se pueden clavar en cualquier sitio del tracto digestivo, algunos de muy difícil acceso.
«Mi mascota y yo siempre desayunamos lo mismo: nuestro café con leche, a veces té pero siempre con dos terrones de azúcar, y unas pastas de chocolate que nos encantan…»
El café, el té y el chocolate, la manzanilla, la valeriana, la yerbaluisa, etc. contienen sustancias que nuestro organismo metaboliza de forma diferente a la de otras especies; en algunos casos lo mejor que puede suceder es que no suceda nada, en otros, las consecuencias pueden llegar a ser importantes. En general, el hígado del gato no está tan preparado como el del perro para metabolizar determinadas sustancias -como las que contiene el café, el té o el chocolate- y necesitan mucha menos cantidad para que tengan efectos perjudiciales para su salud así como necesitan mucho más tiempo para eliminarlas de su organismo.
Las grasas con las que se elaboran las pastas y las propias del chocolate van a condicionar un sobreesfuerzo del hígado y del páncreas para su procesamiento lo que determina su inflamación a veces con resultados graves y secuelas permanentes.
«A mediodía nos tomamos el aperitivo en la terraza del bar, nuestra cervecita y unas aceitunas…»
Aunque usted y su mascota sean la admiración del barrio debe saber que las bebidas alcohólicas son muy perjudiciales para los animales domésticos, en el mejor de los casos pueden dar lugar a comportamientos inadecuados en el peor, sobre todo en gatos, producir la muerte. Además, tanto el azúcar como la sal pueden condicionar alteraciones patológicas importantes en nuestras mascotas.
«Mi mascota está perfectamente alimentada: come lo mismo que yo…»
Una pena que el hígado encebollado o el solomillo de cerdo le hayan provocado una gastroenteritis tan grave o al suyo las patatas fritas y los panchitos una pancreatitis.
La necesidades de nuestras mascotas no son las mismas que las nuestras; si realmente queremos a nuestros animales, debemos saber qué es lo que realmente necesitan y proporcionárselo. Existen en el mercado muchísimos alimentos, de infinidad de marcas diferentes, que van a satisfacerlas: sólo tenemos que escoger cuál es el que más nos conviene.
«Si come muy bien y muy variado: todos los días le ponemos lo que sobra de nuestra comida…»
Lo primero que debe saber es que
Su mascota no es el cubo de la basura ni una máquina de reciclaje orgánico.
Se estima que el 40% de las consultas veterinarias se deben a una alimentación inadecuada.
Es evidente que los restos que quedan en el plato nunca serán lo más adecuado; también es posible, que su mastín haya estado comiendo cocido toda su vida y nunca le haya pasado nada pero es muy probable que un mal día un simple garbanzo pueda provocarle una pancreatitis de la que, si sale, tal vez le deje diabético, o ese poquito de chorizo dañarle de por vida el hígado.
Recuerde:
Lo que es bueno para una persona no tiene porqué serlo para su mascota.
«Pero es que lo alimentos para animales son aburridos, siempre comiendo lo mismo, y muuuy caros…»
En general,
los alimentos para animales son dietas completas y equilibradas.
Esto quiere decir que aunque coma siempre el mismo alimento su animal estará perfectamente alimentado con estas dietas que ya están formuladas para cubrir todas sus necesidades.
Aunque en los gatos pueda ser discutible, las mascotas no se aburren de comer porque comen debido a que tienen hambre aun comiendo siempre lo mismo. En mi experiencia somos los propietarios los que mal acostumbramos a nuestras mascotas.
En cuanto al coste de una buena alimentación es el tema del siguiente punto y como se verá tal vez sea el mayor mito y la peor leyenda.
¿Cuánto cuesta una buena alimentación?
Por supuesto variará según la especie y la mascota de la que estemos hablando ya que no es lo mismo un mastín de 70 kg que un gato de 3 kg. En cualquier caso, el procedimiento para averiguarlo es sencillo y similar en ambos casos: cogemos papel y lápiz o calculadora y hacemos cuentas:
Supongamos que usted tiene un perro mestizo de 12 kg ya adulto y en buen estado de salud.
Ahora en la tienda tenemos en oferta el Advance Medium Adult de 3 kg a 15 €.
Vemos en la tabla impresa en el saco que un perro entre 10-15 kg de peso debe comer al día unos 130-170 g de pienso. Como tiene 12 kg le daremos 150 g al día.
Ahora sólo nos queda resolver una simple regla de tres: si 3 kg, es decir 3.000 g nos cuestan 5 € ¿cuánto nos cuestan 150 g?
La respuesta es 0,75 €. Es decir, por menos de 1 € al día alimentamos a nuestro perrito de 12 kg con un buen pienso.
¿Le sigue pareciendo caro?
Si aún le parece caro, haga el cálculo de cuanto le supone una alimentación casera equilibrada para su animal; cuando vaya al mercado anote el precio de lo que compre para su elaboración, pese las cantidades adecuadas y prepárele la ración diaria, calcule por cuánto le sale y añádale la parte proporcional de gasto eléctrico y tiempo dedicado. ¿Le compensa?
En caso de respuesta afirmativa siga calculando.
Ahora sume los gastos en consultas veterinarias relacionados con vómitos, diarreas y estreñimientos que haya tenido. Si a consecuencia de éstos recibe un tratamiento crónico siga sumando…
Nunca compensa.
Algunos consejos
- Una buena alimentación es la clave para que nuestras mascotas vivan sanas y felices.
- Las dietas comerciales son la mejor opción ya que aseguran una calidad y se adaptan a las necesidades específicas de nuestros animales.
- No compre dieta comercial de sacos abiertos o a granel, no sabrá lo que está adquiriendo ni en qué estado se encuentra.
- Utilice la dieta que mejor se adapte a su animal y a su situación, no siempre la de mayor precio es la mejor – aunque suela serlo: la calidad tiene un precio – .
- Mantenga los piensos en su envase o en recipientes herméticos en lugares secos y sin exposición al sol, productos de limpieza, etc.
- Si emplea alimentos húmedos -«latas»-, guarde las mismas precauciones que cuando adquiere cualquier otro tipo de lata para alimentación humana, -que no presente abolladuras ni abombamientos, etc.-; no se la de fría de la nevera y recuerde retirársela al cabo de un rato porque se puede estropear.
- Si quiere premiar a su mascota emplee alguno de los muchos productos que existen en el mercado para ello, pero recuerde que muchas veces una caricia es el mejor premio.
Y si aún no lo tiene claro
NO LO DUDE: CONSULTE A SU VETERINARIO.